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En Argentina, la historia del voto es una narración de conquistas, exclusiones y transformaciones que marcan la evolución de la ciudadanía. Según lo revelado por AIM, el camino comenzó con la sanción de la Ley Sáenz Peña en 1912, que instauró el sufragio universal masculino y obligatorio, así como el voto secreto para los hombres. Posteriormente, a través de debates, reformas constitucionales y luchas sociales, se amplió el derecho al voto a diversos sectores, convirtiéndose en un pilar de la democracia en el país.
Por ejemplo, el sufragio secreto para los hombres representó un cambio crucial: se eliminó la manipulación directa del voto y se estableció un sistema más transparente. Luego, con la implementación del voto obligatorio, el Estado argentino enfatizó que elegir no era solo un derecho, sino también un deber. Estas medidas, según constató AIM, sientan las bases del sistema electoral moderno argentino.
El voto de las mujeres
Una de las etapas más significativas se produjo con el sufragio femenino. Según AIM, la Ley 13.010 fue sancionada el 9 de septiembre de 1947 y promulgada el 23 de septiembre de ese mismo año, reconociendo “el mismo derecho político” para mujeres y hombres.
Finalmente, el 11 de noviembre de 1951 fue la primera vez que las mujeres argentinas pudieron votar y ser elegidas para cargos nacionales.
Esta conquista implicó, según AIM, no solo un avance hacia la igualdad de género, sino también una expansión del concepto de ciudadanía en el país.
Hitos clave en la historia del voto
La Ley Sáenz Peña (1912) estableció el sufragio universal masculino obligatorio y el voto secreto para varones.
A lo largo de las décadas siguientes, se regularon los padrones electorales, se amplió el derecho al voto y se instauró la obligatoriedad en muchos casos.
Con la Ley 13.010 de 1947 se habilitó finalmente el voto femenino a nivel nacional.
La primera votación con sufragio femenino dentro del sistema nacional pleno fue en 1951.
Desde entonces, los procesos electorales argentinos se han ajustado en materia de tecnología, registro, transparencia y fiscalización para adaptarse a los nuevos desafíos democráticos.
¿Por qué es importante esta historia?
La evolución del voto en Argentina no solo refleja cambios legislativos, sino también transformaciones sociales: quién era considerado “ciudadano”, quién tenía el derecho de elegir y cómo la inclusión —primero de varones mayores de edad y luego de mujeres— reforzó la legitimidad democrática. Según AIM, entender este recorrido ayuda a valorar las elecciones actuales no como un mero trámite, sino como el fruto de luchas históricas.
Además, la inclusión del voto femenino abrió nuevas perspectivas, permitiendo que las mujeres participaran activamente en la vida política y modificaran el mapa del poder. Esta ampliación del derecho al voto fortaleció la representatividad y la democracia argentina en su conjunto.