Estudiantes de una escuela técnica diseñaron una calesita adaptada para una plaza en Colón.

En el contexto de las Prácticas Profesionalizantes, estudiantes de la Escuela de Educación Técnica N° 1 Dr. Herminio Juan Quirós de Colón diseñaron y construyeron una calesita adaptada para ser instalada en una plaza del barrio Ombú de esa ciudad.


La propuesta surgió a partir de una solicitud del municipio y se convirtió en un reto pedagógico significativo para los estudiantes de 5º, 6º y 7º año. Bajo la supervisión de docentes del área técnica, los jóvenes llevaron a cabo el proceso de diseño y fabricación del juego, integrando conocimientos adquiridos y reforzando el papel transformador de la educación técnica.

Durante la entrega del dispositivo, las autoridades de la escuela recibieron al intendente de Colón, José Luis Walser, quien recorrió los talleres y felicitó a estudiantes y docentes por el trabajo realizado. En ese contexto, la responsable del Área de Discapacidad del municipio, Ana Velázquez, destacó que la iniciativa respondió a un pedido específico de los vecinos.

“La escuela asumió el proyecto con una gran responsabilidad social y educativa. No solo promovemos inclusión y accesibilidad; también embellecemos un espacio público del barrio”, subrayó.

El trabajo inició a principios del ciclo lectivo con los estudiantes de 5º año del taller de herrería, quienes elaboraron los planos y realizaron las primeras etapas: corte, armado, soldadura y ensamblaje. A medida que avanzó el proyecto, se integraron otras secciones como el laboratorio, y finalmente se llevó a cabo el tratamiento de pintura. “Nos llevó un trimestre completo, con grupos rotativos, hasta tener esta calesita lista para su instalación”, relataron los docentes encargados.

La Municipalidad de Colón proporcionó los materiales necesarios para la construcción, mientras que la comunidad educativa de la escuela Quirós se encargó de llevar a cabo el proyecto con su conocimiento técnico. La calesita fue diseñada bajo criterios de accesibilidad, incorporando superficies seguras, agarres ergonómicos y un diseño que permite su uso cómodo por parte de niños con diferentes capacidades.

“La experiencia fue muy enriquecedora. Para los estudiantes fue hermoso saber que lo que hacían brindaría satisfacción a chicos que lo necesitaban”, expresó el jefe del taller de herrería. Este tipo de experiencias refuerza el valor social de la educación técnica, articulando conocimientos, práctica y compromiso comunitario. (APFDigital)

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